El día que quedamos para hacer las fotos de la preboda de Iván y Laura la cosa no pintaba bien; después de un día de calor-calor-calor, amenazaba tormenta. El día se convitió en noche rápidamente y, al poco, volvió de nuevo el sol. Las fotos de preboda nos las tomamos como un rato tranquilo para conocernos un poco más y disipar nervios aunque creo que, en este ocasión, Laura no se relajó hasta el final.
Entre tanto nos dió un poco lo mismo… Strobist al canto y a trabajar. Después de unas cuantas, las últimas me recordaban a aquellas fotos antiguas de la Ruta 66 con los viejos acordes de las canciones de Lyner Skyner y esas carreteras infinitas donde el asfalto es la división entre kilómetros de polvo y arena. Pero esta vez, a tan sólo 5 kilómetros de Vitoria.
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